Soft skills e Hard skills, competências que devem ser desenvolvidas por um profissional de RRHH

Aquellas personas que tienen como objetivo alcanzar un puesto de trabajo adecuado, se forman muchísimo académicamente. Para ello desarrollan a fondo las soft y las hard skills. Estudian más allá de una carrera profesional y unos estudios universitarios. Invierten mucho dinero y esfuerzo en ser profesionales competitivos, preparados para un mercado laboral feroz y con el objetivo de encontrar su propio espacio.

El problema viene a la hora de enfrentarse a la entrevista de trabajo. Un profesional de Recursos Humanos no tendrá en cuenta únicamente su formación académica (considerada como Hard skills), sino que también valorará a partes iguales las “soft skills” o habilidades/destrezas blandas. Profundamente importantes a la hora de afrontar un puesto de trabajo.

¿Qué son las Soft Skills?

A diferencia de las hard skills, las soft skills son las habilidades sociales y de personalidad que un trabajador posee. Son aquellas que describen cómo actuamos y nos relacionamos con los demás. Estas pueden ser: la inteligencia emocional, la empatía, el pensamiento crítico y estratégico, la escucha activa, la creatividad, el trabajo en equipo, la auto-motivación, el agradecimiento, la organización, como distribuye su tiempo, la ética personal, la flexibilidad y adaptabilidad, la capacidad de comunicación sin barreras y la atención al detalle, entre otras. Estas habilidades son cada día más necesarias en los trabajadores, cualidades que les convertirán en grandes profesionales, no sólo en personas que sepan mucho de un área.

Sin duda en la gestión del talento, es necesario tener un buen abanico de habilidades blandas. El talento humano es muy delicado y por lo tanto debemos saber tratarlo para cubrir sus necesidades.

¿Cómo trabajar las Soft Skills?

Las Soft Skills podemos trabajarlas a través de un entrenamiento o dinámica. También pueden trabajarse de manera natural, mediante la relación constante con las personas que tenemos de nuestro entorno: familiares, amigos, compañeros de trabajo… Ahora bien, pasemos de la teoría a la práctica. Para desarrollar o mejorar nuestras habilidades blandas, será necesario enfrentarnos a diversas situaciones y contextos.

Casos para desarrollar y potenciar las Soft Skills

Por ejemplo, para vencer el miedo a hablar en público, tendremos que solucionarlo mediante la exposición ante situaciones en las que tengamos que hablar en público y expresarnos de manera fluida. También la práctica de un deporte en grupo o la asistencia de actividades colectivas, la tolerancia hacia los demás, la resolución de problemas de forma rápida o la incentivación del pensamiento creativo. Siempre podremos encontrar formaciones específicas para desarrollar Soft Skills en las que nos encontremos con debilidad.

Otra manera de desarrollar las habilidades blandas o “Soft Skills” es asignar tareas dentro de un equipo de trabajo. Estas pueden ser el rol de comunicador interno o portavoz, la gestión de tiempos de entrega o cualquier actividad que implique la intervención y necesidad de estas destrezas blandas. En resumen, una buena manera de desarrollar soft skills es la de forzarse a implementarlas. Si quieres desarrollar la escucha activa, por ejemplo, oblígate a conocer a tu equipo.

Además, la propia organización puede impulsar desde su cultura empresarial el fomento de las competencias blandas, y que de esta manera, los empleados desplieguen todo el potencial en este sentido. La mejor formación es un equilibrio entre Soft y Hard Skills. Si quieres conseguir un equilibrio entre estas habilidades te recomendamos que eches un vistazo al siguiente artículo.

Una vez detalladas las habilidades blandas, pasemos a desarrollar de qué tratan las “habilidades duras”.

¿Qué son las Hard Skills?

Las hard skills son las habilidades basadas en el conocimiento, aquellas que harán que una persona logre una entrevista de trabajo. A su vez, son aquellas que ayudan a presentarse en una entrevista como un candidato valioso. Es muy común valorar previamente estas habilidades a la hora de seleccionar el talento.

Algunas de las Hard Skills más valoradas son: los idiomas, el manejo de las diferentes herramientas y sistemas como el CRM, HTML, CSS, JavaScript. También la interpretación de datos, el conocimiento de Big Data, Diseño UX, el coaching. Incluso, cada vez más, los conocimientos en Inteligencia Artificial, el coaching, etc…

Dada la importancia de estas “habilidades duras” en el desarrollo de perfiles profesionales, procedemos a darte una breve explicación para trabajar las Hard Skills.

¿Cómo trabajar las Hard Skills?

Las Hard Skills se aprenden y se desarrollan trabajando, por tanto, una persona puede formarse en las destrezas académicas y técnicas necesarias para seguir progresando profesionalmente y dentro de su organización. Para trabajar las Hard Skills es necesario encontrar la formación específica deseada, y ponerla en práctica de manera constante.

Soft Skills y Hard Skills son habilidades importantes a partes iguales, pues su combinación tiene mucho valor para la empresa. De esta manera, los empleados se enfrentarán a situaciones complejas sin pánico, tomando decisiones y siendo resolutivos de forma autónoma. Además, se optimizarán los recursos empresariales gracias a la retención del talento y las considerables mejoras del rendimiento de los equipos.

Lo ideal es que cada trabajador encuentre las habilidades de las que precisa para avanzar en su carrera profesional y jamás pierda la motivación para seguir mejorando y formándose tanto para acrecentar las Soft Skills como las Hard Skills.

Para hacer esa labor más fácil, existen a disposición de las empresas, herramientas como Fleebe Corporate, que proporcionará a los empleados múltiples cursos personalizados para avanzar con su formación, siendo cada día más aptos y competentes, desempeñando su trabajo de forma exitosa.